La
apostadora:
Porque
realmente tengo mucho que ganar si te pierdo: ¡adiós!
La
decidida:
No
vale la pena que te enfades, he cambiado la cerradura y además no estoy.
Vete
a golpear otra puerta o a otra y olvídame.
La
fabulera:
Adiós
ternero, conejo, cerdo, buitre...
La
agradecida:
Una
amante ve en el mejor amigo de su amante, casi siempre, a su peor enemigo; ¡yo
he encontrado al mejor de los amantes!
Adiós,
George, ¡gracias por presentarme a Florian!
La
amnésica:
No
recuerdo nada.
Nada
de lo que ha podido hacer que te quisiera. Nada de lo que me empujó a vivir
contigo. Nada que se parezca a un recuerdo feliz. Ningún sentimiento de
alegría, ningún rastro de emoción, ternura o reciprocidad. Ninguna impresión de
haber compartido, ningún proyecto. Como tampoco hay sensaciones de placer en mi
memoria. Ni siquiera hay una sola buena razón, un indicio, una pista. No sé
quién eres, o ya no lo sé. Y de mí por ahora tampoco sé mucho más. Así que no
me arrepiento de nada, salvo de haberte conocido.
Adiós.
La
ambigua:
Adivina
quién te deja: ¿Paola o Patricia?
La
dudosa:
No
sé exactamente por qué te dejo, pero creo que es exactamente lo que necesito.
La
sádica:
Como
sé por experiencia que lo más doloroso cuando a uno le dejan es no entender
bien las razones, no te daré ninguna.
La
pesada:
Permítame
liberarle de un peso que parece que cada día le pesa más: yo misma.
La
explícita:
Mi
querido ex (pues sí, te vas a tener que acostumbrar a este prefijo),
Extremadamente
romántico fue nuestro encuentro.
Excepcional
nuestro primer fin de semana,
Excitantes
nuestras primeras noches,
Exuberantes
nuestros primeros momentos,
Extenuante
todo lo que vino después,
Excesiva
tu posesividad,
Excedentes
tus celos,
Exasperantes
tus manías,
Excéntrica
tu actitud con mis amigos,
Exagerados
tus diversos reproches,
Exigua
tu abertura de mente
Exorbitantes
tus envidias,
Extremista
tu forma de pensar.
Exangüe
me he quedado.
O
sea, X buenas razones para extirparte de mi vida y optar por existir en lugar
de expirar.
La
precisa:
No
es que ya no te quiera... es que creo que nunca te quise.
La
amistosa:
Eres
más guapo que Andrés pero mucho menos que Camilo. Más inteligente que Julio
pero mucho menos que Claudio. Eres más bien elegante pero te falta la clase de
Eugenio. Eres más gracioso que Alex pero menos espiritual que Élias. Cocinas
mejor que Ernesto pero no haces el amor tan bien como Nelson... Así que toca
preguntarse por qué te empeñabas tanto en presentarme a tus amigos.
Lo
siento, adiós.
La
contadora:
Eres
el decimosexto chico al que dejo, pero el primero del que no me arrepentiré
jamás.
La
suplicante:
¡Ya
no puedo más! ¡Fui odiosa, despectiva, cínica! ¡Te engañé, te mentí! ¡Hasta te
robé! ¡Te humillé, te traicioné!
Pero
¿qué es lo que tengo que hacer para que me dejes?
La
tecnológica:
La
aplicación «Desperate Wife 7.2» se ha cerrado de forma inesperada debido a un
error del tipo «FuckU 1,001».
Adaptado
del libro: "Como decirle adiós" de Cécile Slanka
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