¿Dónde están los hombres?

Cientos de estudios han demostrado que los seres humanos y otras especies funcionan casi de la misma manera, así que vamos a echarles un vistazo.

Por ejemplo, es fascinante lo que sucede con las perdices. Las perdices machos se reúnen en un grupo grande y esperar a que las mujeres vengan y los seleccionen como compañero. Entonces, las hembras llegan y ven a todos estos machos juntos lado a lado para que puedan ser comparados fácilmente.

Aquí está la parte asombrosa: las hembras prefieren los compañeros que tienen la mayor cantidad de otras hembras rodeándolos. Es decir, no se fijan en los que tienen las mejores cualidades reales (plumaje, contextura, etc.), sino en los que otras hembras prefieren. Interesante, ¿no?

Pues bien, estas son algunas de las formas en que las féminas conocen varones en la naturaleza:

• Escogiendo de entre grandes grupos de machos reunidos en busca de una pareja.

• Mirando a los machos del territorio e identificando que tan bien podría aportar un compañero.

• Visitando lugares donde los machos se reúnen y las hembras se muestran.

• Asegurándose ser muy visibles y atrayendo la atención, y luego ver como los machos pasan frente a ellas.

Los equivalentes humanos de estos son:

• Ir a fiestas de solteros.

• Escoger a un hombre en base a su poder o riqueza.

• Ir al gimnasio donde se sabe que hay un montón de chicos que están en forma.

• Usar ropa seductora y sentarse en una cafetería popular frente a la cual pasa caminando mucha gente.

El punto es que no estás haciendo nada nuevo. Si quieres conocer a los hombres hay que:

1) Decidir qué tipo de hombre quieres.

2) Averiguar qué es atractivo para ellos.

3) Ir donde estos hombres suelen estar, o buscar una situación en la que ellos vengan a ti.

4) Provocando que se acerquen a ti. Si te sientes cómoda, es absolutamente aceptable que inicies la conversación con un hombre. Eso sí, no seas demasiado predecible, o le pidas una cita de inmediato. En cambio, desafíalo con preguntas intrigantes y despierta su interés.

Es el mismo juego. La mayoría de las mujeres que tienen poco éxito atrayendo a los hombres o en las relaciones no están dispuestas a hacer lo que se necesita para tener éxito.